Hola amigo,
Hoy hablamos del EGO. Seguro que ya lo conoces en su versión de ego-ismo, pero no quiero hablarte de esa faceta hoy. Quiero hablarte del EGO en el aprendizaje.
El EGO, viene del latín “Yo”. Para explicarlo de forma muy simple digamos que sería el responsable de en muchas ocasiones dirigir a la vocecilla que habita en nuestra mente que nos habla. Su función es protegernos, aunque muchas veces nos impida crecer.
En el mundo actual, nos referimos al ego cuando una persona manifiesta una mezcla de exceso de mirada puesta en sí misma exclusivamente, que pierda la capacidad de reconocimiento y noción del otro.
Genera soberbia y actitudes deterministas que perjudican las relaciones. Convierte la convivencia de cualquier ámbito en una misión imposible en muchas ocasiones.
Esto obedece a que la persona tiene dificultad para conectarse con los demás, partiendo de la base de que siempre tiene razón, y que todos los demás están equivocados; o que él mismo tiene una posición por encima del resto. El EGO en esencia, no es malo ni bueno, en realidad se crea en nuestro nacimiento como mecanismo de defensa. Es el que se encarga en muchas ocasiones de protegernos de ciertos peligros.
El EGO da sentido de identidad; organiza las ideas, las percepciones del mundo y las experiencias.
El EGO es responsable de poner barreras, en concreto es responsable de fabricar muchas creencias, que en su mayoría son creencias limitantes, que nos impiden crecer, experimentar y probar cosas nuevas. Y aquí es donde podemos apreciar su “cara” más negativa.
Un exceso de ego perjudica el crecimiento de una persona, porque al estar tan inmiscuido dentro de sí mismo, quizás ni se entera de que existe un plano superior de la existencia, y que es totalmente posible acceder a él y que se puede vivir con mayor libertad.
Hay diversas clasificaciones de EGO según sea desde un punto de vista espiritual, psicológico, etc.
El EGO sabelotodo, como os podéis imaginar, es aquel EGO que siempre cree tener la razón, le gusta dar consejos sobre todo, siempre contesta aunque no sepa, cree tener respuesta para todo, no se queda callado ni a tiros.
Según unos estudios de Psicólogos de la Universidad de Michigan analizaron esta actitud para determinar si las personas “sabelotodo” realmente conocen más que los demás y si esa creencia de superioridad les permitía aplicar mejores estrategias de aprendizaje para profundizar en los conocimientos.
En otras palabras, querían saber si esa prepotencia intelectual nacía del conocimiento y les reportaba algún beneficio. Descubrieron que las personas sabelotodo, incluso cuando no entendían algo, afirmaban saber más que los demás. Se empeñaban en buscar información para confirmar su visión parcial mientras ignoraban los datos que les hacían parecer menos inteligentes.
En otras palabras, esa actitud arrogante intelectualmente no proviene del conocimiento sino más bien de su ausencia. Se preocupaban más de confirmar su “supuesto conocimiento” que en mostrar una falta de conocimientos.
Los EGO sabelotodo mientras menos saben, más se aferran a sus creencias.
Por ejemplo, en la investigación, los participantes debían rellenar una serie de cuestionarios para demostrar su conocimiento sobre política, pero los psicólogos insertaron algunas trampas como términos inventados.
Curiosamente, las personas sabelotodo seleccionaban más términos falsos e insistían en que los conocían. Al contrario, las personas que demostraban un conocimiento más sólido, solían asumir una actitud más humilde y a veces incluso subestimaban su conocimiento.
Una persona inteligente, cuando encuentra información que contradice sus puntos de vista, debería buscar un punto de equilibrio y reflexionar sobre sus creencias poniendo en marcha un pensamiento crítico.
Sin embargo, los psicólogos descubrieron que los sabe-lo-todo solían elegir los datos que respaldaban sus creencias e ignoraban aquellos que las contradecían.
Obviamente, esa forma de afrontar la realidad alimenta su sentido de superioridad intelectual, además de hacerles perder oportunidades para ampliar su conocimiento integrando otros puntos de vista.
En otras palabras, las personas sabelotodo se han encerrado en su sistema de conocimientos y creencias, que asumen como una verdad absoluta, y se niegan a valorar otras ideas que no coincidan con las suyas. Sin embargo, un “yo” maduro se equivoca, lo reconoce y cambia.
Ahora hablamos del EGO “silencioso”: Es aquel ego que calladamente tiene un discurso paralelo, es criticón, hipócrita y enjuiciador.
Las ventajas del aprendizaje son obvias. Nos permite ir adquiriendo más y mejores recursos para alcanzar nuestros objetivos. O sea, nos permite ser más poderosos.
Sin embargo, muchas veces nos cerramos al aprendizaje. Hay personas que reconocen que las acciones que está realizando no le llevan al resultado deseado pero, por otro lado, tienen resistencia a buscar nuevos caminos.
Se queda en un mar de justificaciones, siendo las más comunes encontrar culpas y dificultades fuera de ella. Se sienten más cómodas así, que asumiendo el desafío de “soltar” creencias y pautas que no les son funcionales y aprender otras nuevas…
Esto es así porque reconocer que hay algo que no sé o que creía que sabía pero estaba equivocado puede afectar la autoestima sobre todo al propio EGO.
También hay otros EGOs como el orgulloso, manipulador, sordo (nunca escucha y le gusta hablar sólo a él), prestigioso, envidioso, copión (copia lo que hacen otros y lo asume como propio), interruptor, insaciable, etc.
El EGO nos va fabricando creencias que serían como las capas de una cebolla. Es decir, nos construye capas en base a ciertas creencias que muchas veces son creencias que nos limitan. Estas creencias vienen dadas por la información que recibimos de nuestro entorno como de la familia, la sociedad, los profesores, amigos, medios de comunicación, redes sociales, etc.
En muchos casos sin ninguna mala intención y en otros casos, con mala intención. La cuestión es que El EGO, se encarga de adoptar estas creencias y construye una capa nueva.
Y ahora viene la pregunta del millón, Raúl, después del marrón este del EGO que me has contado, el cual incluso me has agobiado un poco ¿Qué hago?.
Yo también me habría agobiado, en algún momento, puede que hayamos actuado así. No es malo si a partir de ahora, somos capaces de observarlo.
Pues verás, el primer paso no es querer controlarlo, sino aprender a observarlo. Ser consciente de cómo influye en tu vida, cómo domina tus emociones, pensamientos y acciones.
Después haz una reflexión sincera sobre cómo crees que el EGO te domina, ahora comienza el trabajo diario de autoobservación para poder dar pasos hacia la minimización de su influencia.
El objetivo es que puedas decidir qué actitud tomar cuando te des cuenta de que el EGO te está controlando.
Por último, practica humildad, sencillez y resiliencia cuando falles. No aspires a controlarlo todo ni a tener siempre la razón.
El error y el fallo es parte del aprendizaje y parte del éxito.
El EGO no quiere cambiar, representa el miedo, la pereza…. todo lo que le saque del Statu Quo le incomoda. Recuerda, la culpa siempre la tienen los demás según el EGO.
También le gusta enfrentarse contigo mismo, se alía con la mente para hacerte dudar, con el fin de que no te muevas, de protegerte.
En la mente tenemos en realidad dos voces lo que yo llamo la voz chunga (fiel amiga del EGO) y la voz guay (fiel amiga de la intuición), la que está asociada realmente a tu verdadero yo, a tu ser.
Voz "chunga" y voz "guay".
Te voy a poner un ejemplo, para que veas también el EGO cuando se alía con tu mente las que son capaces de liarte.
Vas andando por la calle y de repente ves un espectacular escaparate de una pastelería. Llena de pastelitos con una pintaza tremenda, en concreto en mi caso me pierden a veces las palmeras de chocolate.
De repente sale la vocecilla que te dice, venga Raúl, cómprate una palmera, date el capricho, que te lo has ganado. Es pequeña, además, llevas toda la semana comiendo verduras y has comido muy sano, total, por una no pasada nada.
Entonces, entras te compras la palmera, te la comes e inmediatamente después te dice la vocecilla: ¡pero Raúl que has hecho!, la has liado, después de toda la semana a dieta vas y la lías con la palmera de chocolate, ¿sabes la cantidad de calorías y grasas y mil cosas que tiene?
además, seguro que te sienta mal, con toda esa cantidad de azúcar…..
Pues amigo, esta es la voz chunga que se ha aliado con el EGO, nunca está conforme. En fin, no quiero tampoco profundizar más en este punto, si te interesa, en la web hay infinidad de información sobre tu nuevo compañero ahora que te lo he presentado oficialmente.
Mi objetivo hoy era hablarte de la relación que tiene el EGO en el aprendizaje, a la hora de crear un nuevo conocimiento y adquirir nuevas habilidades.
Hay una gran frase que mi maestro Josepe dice siempre al principio de las formaciones: “debéis entrar en modo niño”, en las formaciones debemos dejar el adulto en la puerta y luego recogerlo a la salida.
¿Y cómo es un niño cuando aprende? Pues es como una esponja, lo absorbe todo, puede cuestionar lo que le comentas pero de entrada escucha y acepta. Tiene la mente abierta. Si cuando nos formamos, adoptamos esa actitud el efecto en el aprendizaje es exponencial.
Recordar que el adulto como hemos visto, tiene un montón de capas como la cebolla, entonces, si entramos con todas estas capas, la información va a costar mucho más que llegue a lo profundo de nosotros, a lo que somos en realidad y desde donde realmente aprendemos.
Si nosotros vamos a una formación pensando: “Esto ya me lo sé. Esto es muy fácil de decir, ¿pero y de hacer?. ¡Pero que me está contando este tío de la barba!. Claro, me dice que haga esto porque es muy fácil para él.” en definitiva, infinidad de excusas y pretextos que se le ocurre al EGO para contarte, así, NO VAMOS a atravesar las murallas de capas de cebolla.
Por este motivo, te quiero dar 2 ideas para evitar esta situación:
- La primera idea la hemos visto ya: Te pones en modo niño, es decir, comienzas con actitud de “me lo creo todo”. Luego, lo pruebas y en base a tu experimentación personal, ya podrás decidir lo que te vale o lo que no. Pero siempre desde la aceptación de que hay algo que puedes aprender y el respeto a ti mismo.
- La segunda clave es …. pasar a la acción cuanto antes, los aprendizajes que “calan” son los que te hacen pasar a la acción en el momento.
Si adquiriendo conocimiento el EGO se pone a la defensiva (que lo hará), ya ni te cuento como se pone a la hora de pasar a la acción.
Por eso es muy importante que cuanto antes, se pase a la acción. Cuando hay que moverle de su zona de confort, ahí se agarra con uñas y dientes a lo conocido, lo “supuestamente seguro”.
Hackeando al EGO
Pero esto no nos va a pasar a nosotros, porque al EGO como he mencionado antes, ya le conocemos. Para evitar esto, tenemos un arma secreta, que es “hackearle”. Es decir, vamos a pasar a la acción con pequeños cambios, para que no se de cuenta y no se sienta amenazado.
Por ejemplo: Has tomado la decisión de que a partir de ahora vas a hacer ejercicio y a lo mejor no has hecho ejercicio en mucho tiempo y estás un poco oxidado.
Tu ya sabes que si a tu EGO le tienes que decir que se tiene que levantar una hora antes, que tiene que calentar, que vas a estar 20 minutos corriendo más otros 20 minutos haciendo flexiones, etc. ¿Qué te va a decir?, pues te va a decir que “hoy no”, que hace mal día, que si eso ya “maaaaañaaaaaana”.
Entonces lo que podemos hacer es decirle: Mañana me voy a levantar pronto, para tomarme tranquilamente un cafetito calentito. Esto a tu EGO, le parece bien, no ve peligro ninguno.
Cuando al día siguiente te levantas pronto y mientras te haces el cafetito, te dices, ahora me voy a poner chándal y las zapatillas, que estoy más cómodo. ¿Todo bien no? No parece peligroso ni difícil.
Después de tomar el cafetito con tu chándal, pues decides, bajar a tirar la basura. Total es un segundo, además la bolsa está llena y huele muy mal. -- ¡Bien no! No parece complicado. --
Cuando has tirado la basura te dices …., pues ya que estoy fuera, voy a darme un paseo, una vueltecita andando y además me pongo los cascos con mi música preferida o incluso, algún vídeo chulo de los de Raúl García.
Así aprovecho y respiro aire fresco. -- Tampoco parece que esto tenga riesgo de vida o muerte ¿no?
Pues ya que estoy andando me voy a echar una carrerita, pero poca cosa, que tampoco quiero cansarme demasiado, etc. así vamos con pequeñas acciones avanzando.
Esta es una buena forma de “hackear nuestro cerebro” para pasar a la acción sin que el EGO interfiera y se de cuenta. Pasar a la acción no es ni más ni menos que poner en marcha nuevos aprendizajes y todo empieza con una pequeña acción, no tiene que ser un gran paso complejo ni costoso.
En fin, espero que estos consejos te sirvan, y ahora que ya conoces al compañero EGO, sepas reconocer cuándo está ayudando o cuándo molestando. Un gran paso ya es, ser capaz de observarle. Fíjate a partir de hoy. 🙂
¡¡Gracias por leer este post!!